Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salvación. Salmo 68:19.

No vacilamos en decir que esta clase de cristianos profesos no conoce
la religión genuina. Dios es amor. El que mora en Dios, mora en el
amor. Los que ciertamente se han familiarizado, por un conocimiento
experimental, con el amor y la tierna compasión de nuestro Padre
celestial, impartirán gozo y luz dondequiera que se encuentren. Su
presencia y su influencia serán para sus relaciones como fragancia de
flores delicadas, porque están en comunión con Dios y el cielo, y la
pureza y la exaltada amabilidad del cielo se transmiten a través de
ellos a todos los que están al alcance de su influencia. Esto los
constituye en luz del mundo, en sal de la tierra.
¿De dónde obtiene el artista su modelo? De la naturaleza. Pero, el
gran Artista Maestro ha pintado sobre la tela cambiante del cielo las
glorias del sol poniente. Ha pintado los cielos de oro, plata y carmín
como si estuviesen abiertos los portales de los altos cielos, para que
veamos sus fulgores y nuestra imaginación conciba la gloria que hay en
su interior…
Al ser atraídos por lo bello en la naturaleza y al asociar las cosas
que Dios creó para la felicidad de hombres y mujeres con su carácter,
consideraremos a Dios como un Padre tierno y amante, en vez de meramente
un juez severo… Al contemplar a Dios en la naturaleza, el corazón se
aviva y late con un amor nuevo y más profundo, mezclado con asombro y
reverencia -Review and Herald,
25 de julio de 1871; parcialmente en Mensajes para los jóvenes, pp. 361, 364.
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