
El 5 de agosto de 2011 la nave Juno partió hacia Júpiter. Su misión
es estudiar ese planeta para tratar de descubrir los orígenes de nuestro
sistema planetario. Es la segunda misión que se eligió bajo el plan
Nuevas Fronteras, programa que estableció la NASA al concluir la era de
los transbordadores. Juno, la diosa de la maternidad y protectora de las
mujeres en la mitología romana, partió al encuentro de su esposo
Júpiter, a bordo de un cohete Atlas V.
Adriana Ocampo, de la división de Ciencias Planetarias de la NASA y
responsable de la misión, indicó que entre las incógnitas que se quieren
despejar está el papel que jugó Júpiter en la evolución y el origen del
Sistema Solar y de la Tierra.
“En vez de haber sido totalmente árida, como habría sido si no
hubiera tenido moléculas de agua y atmósfera, le dio la oportunidad de
capturar estas moléculas livianas”, indicó Ocampo. La pregunta que
quiere resolver Juno es por qué en la Tierra se dio la vida y no en
otros planetas. Y es que, según afirman quienes defienden el
evolucionismo, este planeta de grandes dimensiones en el que vivimos
tiene un potente campo gravitatorio que actuó como barrera para impedir
que las moléculas dispersas por el espacio, en el principio de su
historia, quedaran fuera del Sistema Solar y permitieran que se diera la
vida. Su campo gravitatorio, dicen, logró atrapar las moléculas de
hidrógeno y oxígeno con las que se forma el agua, ingredientes
fundamentales con los que empezaron a desarrollarse los océanos y la
atmósfera de la Tierra.
Dios le ordenó a Faraón, rey de Egipto: “Deja ir a mi pueblo para que
celebre en el desierto una fiesta en mi honor’ (Éxo. 5:1). La respuesta
del Faraón fue: ‘¿Y quién es el Señor [...] para que yo le obedezca y
deje ir a Israel? ¡Ni conozco al Señor, ni voy a dejar que Israel se
vaya!” (vers. 2).
Quien no quiere obedecer al Señor, niega su existencia. Esa es la
misma razón para ir a Júpiter en busca de los orígenes del Sistema Solar
que ya están revelados. Por eso Dios tiene un mensaje para este tiempo:
‘Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales”
(Apoc. 14:7). Nuestra fe en el Creador se manifiesta en la obediencia a
sus mandamientos. Tu vida ¿confirma la existencia de Dios o la niega?
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