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Dios librame de otro dioses

jueves, 1 de agosto de 2013

Jueves 1 de agosto – Devoción Matutina para Jóvenes 2013 – Encuentro en el estacionamiento de la iglesia


Jovenes
Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:8, 9).
Joni Eareckson Tada relata al principio de su libro A Place For Healing [Un lugar de sanación] el encuentro que en cierta ocasión tuvo en el estacionamiento de una iglesia. Joni es una escritora cristiana que quedó tetrapléjica (paralizada de las cuatro extremidades) como resultado de un accidente a la edad de 17 años. Ella ha dedicado su vida al ministerio en favor de personas discapacitadas. Joni nos cuenta cómo un joven muy ferviente, llamado David, se acercó a ella, se arrodilló al lado de su silla de ruedas, y le preguntó: “Joni, ¿estás segura de que no hay un pecado sin confesar en tu vida? Tengo la convicción de que Dios quiere sanarte”.
La respuesta de Joni estuvo llena de sabiduría. Le recordó a David la historia del paralítico que llevaron sus amigos a ver a Jesús y cómo ellos abrieron un agujero en el techo y lo bajaron hasta su presencia (lee Luc. 5:18-20). Joni le dijo que Cristo decidió curar al paralítico cuando vio la fe de sus amigos, no la del paralítico. Con gracia y la habilidad de una maestra en el arte del debate, presentó su argumento final: “¿No te parece, David, que es posible que al que le falta fe es a ti?”
La idea de que Dios quiere sanar a todos, aunque correcta, es incompleta y puede ser el origen de algunos malentendidos. Dios quiere sanar a todos, pero no es su plan sanar a todos aquí y ahora. ¿Por qué? No creo que podamos entender aquí y ahora todas las razones, pero es posible que el sufrimiento sea necesario para la salvación nuestra o de otros.
Jesús dijo que algunos tendrán que perder la mano, o el pie o el ojo para poder salvarse (Mat. 5:29, 30). En el caso de otros, es posible que su sufrimiento cumpla algún propósito relacionado con la salvación de alguien más. La falta de un milagro no es evidencia de falta de fe de nuestra parte, o de nuestros amigos.
Si Dios no ha contestado tu oración milagrosamente, no sientas rechazo. Estás en compañía de ilustres personajes como Juan el Bautista, Pablo y Jesús, a quienes Dios no rescató milagrosamente. Te invito esta mañana a que confíes incondicionalmente en él.

 http://devocionmatutina.com/
MEDITACIONES MATINALES JÓVENES 2013
¿SABÍAS QUE…?
Por: Félix H. Cortez
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domingo, 14 de julio de 2013

Reavivados por su Palabra (Leccion escuela Sabatica del Domingo)



Reavivados por su Palabra


Lee cada uno de los versículos indicados abajo. Anota el pedido y escribe las circunstancias que impulsaron a David a hacer ese pedido.
  • Sal. 119:25
  • Sal. 119:107
  • Sal. 119:153, 154
En los Salmos, David habla acerca de las bendiciones de la Palabra en su propia vida espiritual. Lee los siguientes versículos del Salmo 119 y elige una palabra, de cada uno de ellos, que resuma mejor las bendiciones que el salmista descubrió en la Palabra. (Sal. 119:50, 74, 116, 130, 160, 169, 170).
David encontró valor y fortaleza en la Palabra de Dios. Descubrió esperanza y conducción divina en ella. La Palabra de Dios trajo luz a su mente oscurecida (Sal. 119:130). Alimentó su hambriento corazón y sació su alma sedienta (Sal. 119:81). Cuando Saúl amenazó con matarlo, se aferró a la promesa divina de liberación (Sal. 34:4). Afligido por la culpa después de su incidente adúltero con Betsabé, se asió de la promesa de perdón de Dios (Sal. 32:1, 2). Perplejo con respecto al futuro, se aferró a la promesa de conducción de Dios (Sal. 32:8). David exclamó jubiloso: “Tu dicho me ha vivificado” (Sal. 119:50). El fundamento del reavivamiento tiene que ver con encontrar vida nueva en la Palabra de Dios.
¿Cómo puedes aprender a obtener esperanza, fortaleza, seguridad y luz de la Palabra de Dios? Es decir, ¿cómo puedes tener una experiencia más profunda con el Señor mediante el llegar a conocerlo tal como se ha revelado en la Biblia?

miércoles, 10 de julio de 2013

Sábado 6 de julio


rclaroLee Para el Estudio de esta Semana: Hechos 1:4, 8, 14; Marcos 1:35; Lucas 5:16; Mateo 18:19, 20; 2 Corintios 10:3-5; Salmo 50:23.
rojoPara Memorizar: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mat. 7:11).
DIOS SE MUEVE CON PODER cuando su pueblo ora. Alfred Lord Tennyson estaba en lo cierto cuando dijo: “Más cosas se realizan con la oración de lo que este mundo sueña”. Los grandes reavivamientos descritos en todas las Escrituras estuvieron saturados de oración. El Antiguo Testamento registra la intercesión de los patriarcas y los profetas mientras procuraban lograr un reavivamiento. Moisés, David y Daniel suplicaron poder del Todopoderoso. El libro de los Hechos revela que los creyentes del Nuevo Testamento imploraron sobre sus rodillas el derramamiento del Espíritu Santo.
La vida de oración de Jesús revela una dependencia constante de su Padre celestial. Los evangelios nos dan vislumbres de la fuente de su poder espiritual. Sobre sus rodillas, solo con el Padre, el Salvador recibió su mayor fortaleza.
“Solo en respuesta a la oración debe esperarse un reavivamiento” (MS 1:141). En la lección de esta semana, exploraremos el lugar que tuvo la oración en algunos de los grandes reavivamientos de la Biblia.

Domingo 7 de julio:



La oración y el reavivamiento en Hechos

Los creyentes mencionados en Hechos estaban llenos de poder de lo Alto. El Espíritu Santo se derramó de una manera notable. Tocaba los corazones, cambiaba las vidas. El evangelio penetró en los lugares más difíciles, y miles se convirtieron. En Hechos 2, tres mil personas se añadieron a la iglesia (Hech. 2:41). Hechos 4:4 registra que el número solamente de los hombres que creyeron “era como cinco mil”. Aun muchos de los dirigentes religiosos que se opusieron a Jesús durante su vida “obedecían a la fe” (Hech. 6:7). La historia de este crecimiento fenomenal continúa en Hechos 9, donde dice que las iglesias “se acrecentaban” “por toda Judea, Galilea y Samaria” (Hech. 9:31). En Hechos 10 al 12, se relata que el evangelio pasó por sobre los límites culturales y geográficos. El centurión romano y el tesorero de la reina de Etiopía se bautizaron. Hechos 1 dice que unos 120 creyentes se reunieron en el aposento alto (Hech. 1:13, 15). Las mejores estimaciones arrojan que para el fin del siglo I había por lo menos un millón de cristianos en el Imperio Romano. Esto es un crecimiento notable según cualquier norma.
¿Cuál fue su secreto?
Lee los siguientes textos. ¿Cuál fue la razón principal del crecimiento de la iglesia del Nuevo Testamento? Hech. 1:4, 8, 14; 2:42; 4:31, 33: 6:3, 4.
El pastor R. A. Torrey fue un poderoso predicador de reavivamientos a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Dirigió reuniones de reavivamiento en Gran Bretaña de 1903 a 1905, y por toda América del Norte en 1906 y 1907. Lamentando lo ocupados que estaban los cristianos, declaró: “Estamos demasiado ocupados para orar, y así estamos demasiado ocupados para tener poder. Tenemos mucha actividad, pero logramos poco; muchos cultos y pocas conversiones, mucha maquinaria y pocos resultados”.
¿Estás demasiado ocupado como para orar? ¿Quién puede identificarse con esto? ¿Cómo puedes ir más lentamente como para tomarte el tiempo que necesitas para orar? Piensa en todas las excusas que tienes para postergarlo, las razones que das para hacer otras cosas. Al fin, ¿qué pierdes por no tomarte el tiempo suficiente para orar?

Lunes 8 de julio:



La vida de oración de Jesús

Compara los siguientes textos: Marcos 1:35; Lucas 5:16 y 9:18. ¿Qué tres cosas específicas revelan estos pasajes acerca de la vida de oración de Jesús?
“Cristo estaba continuamente recibiendo del Padre, para poder comunicárnoslo a nosotros. ‘La palabra que oís’, dijo, ‘no es mía, sino del Padre que me envió’. ‘El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir’. No para sí mismo, sino para otros, él vivió, y pensó y oró. De las horas que pasaba con Dios salía, mañana tras mañana, para llevar la luz del Cielo a los hombres. Diariamente recibía un nuevo bautismo del Espíritu Santo. En las tempranas horas del nuevo día, el Señor lo despertaba de su somnolencia, y su alma y sus labios eran ungidos con gracia para impartirla a los demás”.–Elena G. de White, R&H, 11 de agosto de 1910.
Examina los pasajes indicados abajo. Identifica, en cada uno, las cosas por las que Jesús oró. ¿De qué modo revelan las oraciones de Jesús, sus preocupaciones más importantes? ¿Cuál es el componente más distintivo de cada una de las oraciones de Jesús? Juan 17:20-24; Luc. 22:31, 32; Mat. 26:36-44.
La oración fue vital en la vida de Jesús. Era su línea de comunicación con el Padre. Diariamente, el Salvador renovaba su relación con su Padre mediante la oración. Su vida de oración le daba el valor y la fortaleza para afrontar las tentaciones del enemigo. Salía de las sesiones de oración con el profundo compromiso de hacer la voluntad del Padre. Ellas le proveían de frescura y poder espirituales. En una de las ocasiones en que Jesús oró, Lucas añade: “Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente” (Luc. 9:29). Jesús experimentaba una vivencia espiritual refrescante y una relación renovada con el Padre por medio de su vida de oración.
Reflexiona sobre las ocasiones específicas en que Dios respondió tus oraciones. ¿De qué modo el recordar y reflexionar sobre estas experiencias profundiza hoy tu vida de oración?

Martes 9 de julio:


Orando juntos

Aunque Jesús pasaba a menudo tiempo en oración él solo, hay muchas ocasiones en las que animó a sus discípulos más cercanos a orar con él. Pedro, Santiago y Juan acompañaron a Jesús al monte de la transfiguración (Mat. 17:1, 2). Los instó a unirse con él en oración en el Getsemaní (Luc. 22:39-46). Hay poder poco común al estar unidos en oración.
Analiza con cuidado Mateo 18:19 y 20. Resume la declaración de Jesús sobre el unirse en oración.
“Se hace la promesa con la condición de que el pueblo de Dios se una en oración a Dios, y en respuesta a estas oraciones puede esperarse un poder más grande que el que viene en respuesta a las oraciones privadas. El poder dado será proporcional a la unidad de los miembros, y de su amor a Dios y del uno al otro”.–Elena G. de White, The Central Advance, 25 de febrero de 1903.
Juan Bunyan comentó una vez: “Puedes hacer más que orar después de que has orado, pero no puedes hacer más que orar hasta que hayas orado”.
Al entrar en una intercesión ferviente y de todo corazón, el Espíritu Santo obra con poder de maneras milagrosas por medio de las oraciones que hacemos unidos.
Lee Hechos 12:1 al 16. ¿Cuál era la situación de Pedro? ¿Cuál fue la actitud de la iglesia? ¿Qué nos dice este pasaje acerca del poder que hay cuando oramos juntos?
No hay dudas de que, en este caso, Pedro fue librado milagrosamente. Fue tan intensa la experiencia que Pedro no estaba seguro de si era real, y de si él no estaba en una visión. Solo más tarde se dio cuenta de lo que había sucedido. Es importante notar que estos textos declaran dos veces que la gente estaba orando junta. Considerando las difíciles circunstancias, no es extraño. No hay duda de que debemos hacer lo mismo, especialmente cuando afrontamos desafíos como comunidad, tales como en aquella ocasión.